Epistolario de Don Pedro de Santacilia y Pax

Login

Acceso





Usuarios registrados en santacilia.org: 3.
Ahora hay 0 usuarios registrados y 1 visitantes viendo este sitio web.

Santacilia

¿Deseas salir de la sesión? Aceptar Cancelar

D. Pedro de Santacilia y Pax, Togores y Burgues. Cavallero de la Orden de Calatrava. Almirante de la Armada del Mar de Cataluña agregada a la Real. Governador General de los Dragones de los Exércitos de España, de la Cavallería del Exército de Castilla La Vieja, de los Vajeles de los Socorros del Principado y de la Isla de Menorca; Procurador Real y Capitán General Interino del Reino de Mallorca.

Fue miembro de la alta aristocracia mallorquina y participó activamente en las luchas entre Canamunts y Canavalls. Era hijo de Juan Miguel Santacilia y Togores y de Margarita de Pacs Burgues, hija de Pere de Pacs, que fue procurador real, y de Caterina Burgues, sobrina y heredera del procurador Francesc Burgues.

El 17 de agosto de 1608 le fue otorgado por Felipe III título de nobleza. Estuvo implicado en el homicidio del oidor de la Real Audiencia de Mallorca, Jaume Joan de Berga en 1616. Al ser asesinado su hermano Arnau, jefe de los Canamunt, inició una larga serie de venganzas. Perseguido por sus enemigos y por la justicia tuvo que huir de Mallorca. Inculpado en la muerte de Pedro Antonio Zaforteza, familiar del Santo Oficio, en 1626 fue condenado a muerte y a la pena de pagar 6000 ducados. En 1632 la viuda del difunto, Margalida de Verí, le perdonó de la muerte de su marido ante el notario Joan Antoni Forcimanya.

Ofreció sus servicios al Rey para levantar una compañía a su costa, que los aceptó y le indultó. Felipe IV le autorizó a reclutar trescientos infantes en Cataluña.

No debió de estimar prudente autorizar la leva en Mallorca, que en manos de un hombre pendenciero y vengativo podría convertirse en un instrumento de conflictividad interna. Éste fue el criterio mantenido por Real Despacho de 4 de marzo de 1632, pero las exigencias de la guerra obligaron a prescindir de precauciones y el 25 de marzo de 1633 presentó al virrey interino, el conde de Santa María de Formiguera, otra real provisión que le autorizaba a hacer la recluta en Mallorca, elevando su número a quinientos hombres.

Ese año reclutó a su costa una compañía de quinientos hombres, con la que participó militarmente primero en los puestos fronterizos entre Francia y Cataluña y después en las campañas de Milán y Alsacia, durante la Guerra de los Treinta Años. En 1634 participó en Alemania, como capitán de una compañía de Dragones en la batalla de Nördlingen y se apoderó del castillo de Mittelberg, en el obispado de Maguncia.

En la batalla de Nördlingen, el marqués de los Balbases certificaba que Pedro de Santacilia “fue el primero que ocupó el bosque pegado a la colina a la cara del enemigo”. En esta ocasión perdió a su hijo Arnau, que murió en la batalla. Después pasó a Flandes, donde permaneció hasta noviembre de 1634, en que le fue concedida una licencia de seis meses para “componer algunas cosas de su casa y hacienda”.

Poco después ascendió a mariscal de campo. Volvió a Mallorca, donde reclutó dos mil hombres. Por este motivo fue nombrado almirante de la armada que se preparaba en Cataluña, compuesta de bajeles, saetías y otras naves de menor porte, subordinado al gobernador de ella, con derecho a sucederle en sus ausencias.

Desempeñó este cometido durante tres meses, después de los cuales quedó agregado a la Armada Real, que estaba a cargo de Antonio de Oquendo. En 1637 fue nombrado gobernador general de quinientos Dragones del Ejército español que debían levantarse en Cataluña. Al mando de este cuerpo sirvió en la frontera portuguesa con Extremadura, de donde pasó al Languedoc. Sus sucesivos ascensos le llevaron a ser nombrado gobernador de la Caballería de Castilla la Vieja. Combatió en Portugal y Cataluña, donde introdujo víveres en el sitio de Tarragona e impidió que fuese quemado el puente de Tortosa. En 1641 fue nombrado ministro del Consejo de Guerra y le fue concedida una encomienda de 1000 ducados. Entre 1642 y 1645 ocupó el cargo de gobernador de la isla de Menorca, donde impidió la difusión de la revolución catalana y frustró algunos intentos franceses de ocupar la isla. En 1645 volvió a Mallorca para reclutar otra leva de trescientos hombres, con los que socorrer Tarragona. En agosto de este año falleció el virrey. El duque de Arcos expuso ante el Consejo de Aragón los inconvenientes que se derivarían de que fuese virrey interino “persona cabeza de bando”. Para prevenir esta cuestión fue designado virrey interino el obispo Tomás de Rocamora. En 1651 volvió a ponerse al frente de una flota de bergantines para participar en el sitio de Barcelona. Era caballero de la Orden de Calatrava. A la muerte de Miquel Sureda Vivot el 8 de julio de 1655, fue elegido procurador real de Mallorca por el entonces virrey Ram de Montoro.

Prestó su juramento el día 12 y entregó las correspondientes fianzas al escribano de la gobernación.

Después, en 1657, el Rey, tras ser recomendado por el Consejo de Guerra, le concedió el oficio en propiedad que desempeñó hasta su muerte. Había sido recomendado por el virrey en primer lugar. Los jurados, en cambio, en esta ocasión apoyaron al conde de Santa María de Formiguera. En 1662 estuvo presente en el sitio de Tarragona. En 1663 ocupó interinamente el virreinato. Durante este tiempo expatrió de Mallorca a doscientos once bandoleros. El 22 de junio de 1667 y el 4 de octubre de 1668 dirigió dos memoriales a la Corte, en los que pedía poder disponer del cargo de procurador real para uno de sus hijos.

El Rey los envió al Consejo de Aragón, que consideró que “podría tener graves inconvenientes hazerle esta gracia”. Fue enterrado en la Catedral.

Contrajo dos matrimonios: en primer lugar con Magdalena Togores Montanyans y García, fallecida en 1649, y en segundo lugar con Leonor Despuig.

Su casa, heredada de su madre, en la parroquia de San Nicolás, fue valorada en 1576 en 3000 libras mallorquinas.

Actualmente está ocupada por el Tribunal Superior de Justicia de las Baleares. Sus dos hijos, Pedro y Juan Miguel, habían fallecido antes que él. Su hija Leonor contrajo esponsales con Gabriel de Berga y Zanglada. Tanto su otro hijo Nicolás de Santacilia, como el conde de Santa María de Formiguera solicitaron el oficio de procurador real. Sobre Nicolás no habían prosperado las solicitudes del derecho de sucesión.

El virrey Salbà de Vallgornera nombró procurador real interino al sobrino del difunto Mateu Sanglada, del hábito de Alcántara, y propuso para sucederle en primer lugar al conde de Santa María de Formiguera, en segundo lugar a Mateu Sanglada y en tercer lugar a Gabriel de Berga. Carlos II entregó el cargo en propiedad a Sanglada.

Santacilia fue el personaje en el que se inspiró el catalán Manuel Angelón Broquetas para su novela histórica Los fueros de Cataluña (1857).

Antonio Bernat Vistarini


Criterios de transcripción

Todas las cartas del epistolario se editan en una doble transcripción –literal y modernizada– consultable siempre simultáneamente con el facsímil de la carta original.

Transcripción literal

Generalidades

Se trata, para cualquiera de las lenguas presentes en el epistolario, de una transcripción paleográfica estrecha que reproduce con fidelidad total el uso gráfico del autor del texto aunque no se corresponda con la normas ortográficas actuales y aunque ello suponga transcribir errores evidentes. Hay dos motivos para este criterio: 1) una transcripción paleográfica de este tipo es un punto de partida más eficaz, ya que puede ser luego adaptado a múltiples usos, modernizando la ortografía, añadiendo acentos y puntuación, regularizando el uso de mayúsculas, etc. según el uso que se quiera dar a los textos o los destinatarios a los que vaya dirigido. Por el contrario, un texto modernizado supone haber suprimido ciertas características del uso lingüístico de su autor original que no son fácilmente recuperables. 2) una transcripción paleográfica preserva información lingüística relevante: por ejemplo, la separación de palabras arroja luz sobre unidades fonológicas  como la sílaba, o gramaticales como morfemas. Asimismo las grafías originales pueden denotar procesos dialectales o de transferencia de otras lenguas.


Ortografía

Se respeta el uso gráfico del original, incluso aquellas grafías que parezcan superfluas o sin valor fonológico: x, ss, ç, h, b, v, u, i/y, ph, th, etc. En los casos en que en el texto aparece «r» donde hoy usaríamos «rr» o «c» donde esperaríamos «ç» lo dejaremos como tal. Se conserva la acentuación o falta de la misma del original.


Igualmente se reflejan en todo pormenor paleográfico el uso de la mayúscula y la minúscula, y la puntuación, muchas veces arbitraria.


Se respetan los cultismos gráficos: columpna, comptar y también las simplificaciones fonéticas de los cultismos: dino, lición.


Separación de palabras

Se respetan todos los procesos morfofonémicos reflejados en la escritura, por ejemplo te visto que refleja ‘te he visto’ se transcribe como está en el original. Igualmente transcribimos: menbarque, lazotea, parenbiar, etc. (los casos en los que dos palabras se hayan escrito con el mismo trazo sin levantar la pluma no implica necesariamente que estén escritas juntas).


También se respetan las amalgamas o cualquier otra grafía que represente una pronunciación particular: decille (por ‘decirle’), escuro, colesio, vijitar, esamen.


Abreviaturas

Las abreviaturas se desarrollan empleando paréntesis angulares: sto se transcribe s<an>to, dho d<ic>ho, q. q<ue>, nros n<uest>ros. Si en una palabra falta texto que suele ir en abreviatura pero el escriba no ha puesto el diacrítico o la indicación que normalmente indica la abreviatura (por ejemplo propto sin indicación de abreviatura) lo transcribimos pro[<m>]pto donde se indica que la abreviatura no figura en el original y es añadido nuestro.


En el caso de abreviaturas usuales que indiquen tratamiento (D. Dr. V. M. Vd. etc.) se pueden dejar como vienen en el original.


Añadidos y enmiendas del editor

Si es evidente que falta algo en el texto –y no estamos ante una abreviatura– se suele restituir, pero sólo cuando estamos absolutamente seguros. Lo restituido se pone entre corchetes: pdre transcrito p[a]dre.


Si en el texto sobra algo por error (una sílaba o palabra repetida) utilizamos paréntesis con barra invertida para indicarlo (\...), pero sólo cuando estamos muy seguros, porque material aparentemente superfluo puede ser una particularidad morfológica o gráfica de la época. Así pues vinieron a la la casa se transcribe «vinieron a la (\la) casa». Se ha de tener en cuenta que el signo «\» en «(\...)» sirve para discriminar los paréntesis genuinos empleados como signo de puntuación. 


Añadidos y enmiendas en el original

En el caso de que encontremos letras, o palabras entre líneas o en el margen que han sido añadidas por el mismo escribano o un corrector posterior transcribiremos estas palabras entre corchetes «[ ]» con un circunflejo «^» en su interior (para diferenciar de los añadidos que incluimos nosotros mismos, que van simplemente entre corchetes «[ ]»), con una nota explicativa si fuera necesario. Ha de entenderse que empleamos este sistema para material añadido. Cuando el escribano ha continuado en un margen simplemente porque se le ha acabado el espacio al final del folio no consideramos que se trate de un añadido, sino que continuamos copiando el texto numerando las líneas de manera consecutiva.   

Señalamos la presencia de varias caligrafías con la indicación al principio de la carta: «(dos manos)», «(tres manos)», etc.   


Para reflejar texto tachado en el original lo reproduciremos entre «( )» con «^» en el interior para diferenciarlo del texto superfluo que suprimimos nosotros mismos al transcribir que se marca con «(\)». Retomando el ejemplo anterior vinieron a la la casa, se transcribe «vinieron a la (\la) casa» para suprimir el texto erróneo, pero si el segundo la ya aparecía tachado en el original transcribimos «vinieron a la (^la) casa».


Alternancia de lenguas

Cuando aparece texto en una lengua diferente de aquella en la cual está redactado el cuerpo principal del documento, el texto en cuestión se marcará con llaves «{}» que contengan al inicio las tres primeras letras del nombre castellano de la lengua en cuestión (LAT latín, CAT catalán, ITA, italiano, FRA francés, POR portugués, etc.). Por ejemplo: «entonces dijo {LAT ave maria gratia plena} mientras se santiguaba.» En html marcamos las distintas lenguas: <span id=”latin>capbqekbkb”</span> tanto en transcripción original como en la modernizada.


Foliación y número de línea

La transcripción literal se dispone a la izquierda del facsímil del documento correspondiente. Las líneas del documento original se reflejan con una numeración correlativa de principio a fin del texto, antepuesta a cada línea y en color gris. No reiniciamos, por tanto, la numeración en cada página del mismo documento.


Nota importante:

Siempre que tenemos dudas preferimos insertar una doble interrogación entre corchetes [??] junto a la lectura dudosa. Así podemos localizar los problemas fácilmente y corregirlos cuando tengamos la solución (empleamos corchetes porque se trata de un añadido nuestro, las interrogaciones no estaban en el texto). En caso de abreviaturas dudosas se puede transcribir mto m<[??]>to. Muchas de estas dudas se acaban disipando. Consideramos preferible actuar con prudencia y poner interrogantes en vez de ofrecer una lectura que pueda ser errónea.

Transcripción modernizada

Abreviaturas

a) Las abreviaturas se escriben en minúscula y se desarrollan siempre que se pueda. Por tanto, escribimos completas las palabras y tratamientos protocolarios como los siguientes (ponemos ejemplos en español y catalán):


señor o senyor, senyora o señora, mossèn, santo, número, reals reales, libras lliures, escuts, etcétera; il·lustre (il·lustríssim), honorable, magnífico, excel·lentíssim, etc.


Y también los números ordinales, los meses del año, los nombres de países, etc.:


Ej.: 1º (primer o primero), 2º (segon o segundo), 7bre (setiembre setembre), Alemanª (Alemania o Alemanya).


En cambio, no desarrollamos las abreviaturas de respeto:


dr. (doctor), d. (don), da. (doña/dona/donya), v. m. (vuestra merced / vossa mercè), v. s. (vuestra señoría / vossa senyoria), v. e. (vuestra excelencia / vossa excel·lència).


b) Los tratamientos o expresiones protocolarias en la firma o cabecera de las cartas los desarrollamos completamente:


Ex: Su mor. sdor. > su mayor servidor

q.s.m.b. > que sus manos besa

etc. 


c) En el caso en que aparezca en una carta en español o catalán texto en latín que contenga abreviaturas, se conservan:


Ej.: et al.


d) Siempre que sea posible se escriben los nombres propios completos con la ortografía actual. Si la carta está en español las abreviaturas se desarrollan en español y si está en catalán se desarrollan en catalán. 


Ej: Jº > Jerónimo, Gerº > Jerónimo,  Pº > Pedro, Antº > Antonio


Asimismo, Los nombres propios se regularizan según el uso actual: Safortesa > Zaforteza, Çavella > Zavellá, Marqués de los Veles > marqués de los Vélez.

Se informa de la variabilidad ortográfica y en el orden de los apellidos de los remitentes y destinatarios de las cartas por medio de una ventana flotante que aparece al pulsar sobre el nombre modernizado y regularizado en el cuerpo de la carta.



Mayúsculas y minúsculas

a) Todos los cargos y tratamientos protocolarios se transcriben en minúscula dentro del texto, en la firma, en la cabecera de las cartas y en las notas o fichas informativas.


Ej.: rey, rei, virrey, batle, procurador reial, governador, capità, inquisidor general, bisbe, arquebisbe, prevere, mossèn, doctor, su majestad, vicecanciller, capellán secretario


Ej.: magnífic i excelentíssim senyor governador, il·lustríssim senyor procurador reial, su majestad, capitán general, d. Pedro Santacilia, da. Cecilia Zaforteza, etc.


b) Todos los nombres propios (de persona, de lugar, nombres de embarcaciones, apodos, etc.), se escriben con mayúscula inicial.


Ej.: Nostre Senyor/ Nuestro Señor (cuando se refiere a Dios o a Cristo), el Cielo, etc.


c) Algún nombre de documento oficial concreto –cuando no es genérico– se transcribe en minúscula.


Ej.: El memorial (o real orden, informe, etc.) que recibí ayer…


d) En toponimia, el elemento genérico (golfo, cala, calle, plaza) se transcribe en minúscula y en mayúscula si pasa a nombre propio:


Ej.: la sierra de Tramuntana (pero: la Sierra)

plaza Mayor (pero calle de la Plaza Mayor)


e) El nombre de determinadas zonas se transcribe en minúscula:


Ej.: capilla, cámara de los pajes, secretaría del Consejo de Aragón, palacio de los Duques, castillo de San Carlos


En cambio, escribimos en mayúscula:


Casa de Campo, Consejo de Aragón, Real Audiencia, Universitat, Reial Patrimoni


f) Todos los cargos, nombres de oficios o de profesión se transcriben en minúscula:


Ej.: capità, procurador, governador, pagès, criat, capellà, prevere, escribano, notario, secretari, jurats o jurados (de la Universitat o Universidad), oïdors u oidores (de la Audiencia), etc.


g) San/Sant/Santo, Santa, se transcriben en mayúscula cuando va precedido de genérico + de:


Ej.: illa/isla, calle/carrer, plaza/plaça, montaña/muntanya, posesión/possessió, riera, torrente/torrent, convento/convent, iglesia/esglèsia, abadía/abadia, ermita, monasterio/monestir, santuario/santuari, capilla/capella, altar, portal, torre, castillo/castell, palacio/palau, puerto/port, etc.


castillo de SanCarlos, capella de Santa Anna, etc.


Puntuación

Igualmente, puntuamos el texto según las normas actuales de la RAE, intentando respetar el sentido correcto de la frase. No es necesario enfatizar que se trata de una tarea compleja por ser textos que en muchas ocasiones siguen pautas orales, pueden estar escritos descuidada o muy apresuradamente y, por tanto, aparecer plagados de anacolutos, elipsis, errores de coordinación, etc. Aunque siempre actuamos siguiendo un principio de mínima intervención y con la mayor cautela posible, se hace necesario en muchas ocasiones interpretar el texto según el contexto u otras informaciones complementarias de que podamos disponer. Hemos intentado que nuestras intervenciones sean en todo caso visibles utilizando corchetes para nuestros añadidos, enmiendas o comentarios.


La transcripción modernizada presenta el texto dividido en párrafos, sin señalar ni numerar las líneas del manuscrito original. Sí se señala la página correspondiente del manuscrito original mediante numeración consecutiva en gris.


Es importante subrayar que cualquier añadido por nuestra parte va siempre entre corchetes «[]». Si, por la causa que sea, hay una laguna en el texto original o un problema de lectura que no podemos resolver, lo marcamos en el mismo lugar del texto así: «[?]» Ocasionalmente, en el botón de «observaciones» presente en cada carta se comentan las dificultades que a nuestro juicio exigen una nota complementaria.


De aplicación específica a las distintas lenguas

Cada carta está definida en una lengua principal aunque presente varias en el texto (que van convenientemente marcadas, según hemos explicado).


Textos en español

Para los textos en español, como principio ortográfico general, nos atenemos a las normas de la última edición de la Ortografía de la lengua española (Madrid, 2010) de la Real Academia Española, combinadas con las indicaciones del Diccionario de la lengua española (DRAE) en la versión web permanentemente actualizada (http://www.rae.es/recursos/diccionarios/drae). Al no tratarse de textos literarios y entender que debemos facilitar la lectura a un público mayoritario, no especializado en las peculiaridades de la lengua de los siglos XVI, XVII y XVIII, llevamos a cabo una modernización y adaptación lo más completa posible al estado actual de la lengua española que permita al lector y al investigador hacer búsquedas cómodamente en el corpus sin necesidad de conocer las posibles variantes ortográficas.


Textos en catalán

Seguimos las normas ortográficas del Institut d’Estudis Catalans.


Por lo que respecta a los nombres de fincas o posesiones, escribimos Ca, Can (y Ca na), Cal y Son mayúscula y el/es, la/sa minúscula: Can Berga, Son Sant Joan.


Se suprime el punto volado en los textos en catalán en casos como:


no·s > no és, qu·està > que està, etc.

Santacilia

Lista de legajos

Cancelar